Se necesitan 2.700 docentes en Asturias
La Consejería de Educación aprobó para el curso que ahora termina una plantilla de 8.721 docentes. Pero, en realidad, se han necesitado más de 10.000 maestros y profesores para cubrir todas las necesidades de las aulas asturianas. Y eso es lo que sucede todos los años. La plantilla oficial es una. La real, otra. Volverá a suceder el próximo curso. La consejería prevé una plantilla de unos 9.000 docentes, «el mínimo que pueden», critican los sindicatos. Y esa es la relación oficial que se publica en el Boletín Oficial del Principado de Asturias. Pero luego llega el listado de plazas que se necesitan cubrir para garantizar el normal funcionamiento de los centros y que no están ahí. Educación hizo pública ayer la lista provisional: unos 2.700 docentes. Eso es lo que necesita Asturias para responder a lo que se denomina «necesidades de profesorado» en cada colegio e instituto de la región a partir del 1 de septiembre, cuando comenzará oficialmente el curso escolar 2016-2017.
La mayoría de esos puestos son plazas que no se incluyen en la plantilla oficial aunque la experiencia de los últimos años indique que serán necesarias. Y serán cubiertos gracias a los interinos, que en Asturias suponen aproximadamente un 25% de la plantilla docente.
Aunque lo cierto es que entre esas 2.700 plazas hay un poco de todo. Para empezar, puestos de profesores que se han jubilado (unos 400 al año) y que por el momento son amortizados. También, plazas que sí están incluidas en las plantillas oficiales pero que no logran cubrirse. Se trata, principalmente, de plazas en las alas, donde los claustros suelen variar casi cada curso o, al menos, en un alto porcentaje. Del total, el mayor número de vacantes se concentra en el IES de Tineo, con 38, seguido del IES de Llanes, con 35, o el Sánchez Lastra, 33. En el listado, eso sí, no están incluidas las sustituciones (esto es, las plazas que tienen un titular y que, por el motivo que sea, no está en su puesto).
El listado incluye plazas fijadas por la consejería que, por su ubicación, no llegan a cubrirse. Hay muchas en las alas
Sobre toda esta cuestión, el sindicato Suatea había solicitado un plan para fijar plantillas: que los docentes que aceptaran esos puestos tuvieran algún tipo de recompensa. Más puntuación, por ejemplo. O cierta seguridad, para los interinos, de que estarán allí varios cursos seguidos. Por el momento no se han aprobado incentivos de este tipo.
Parte de esas 2.700 plazas sí serán cubiertas antes de que comience el curso escolar por funcionarios de carrera. Por ejemplo, por aquellos a quienes les fue suprimida la plaza o desplazados voluntarios. Ayer fueron adjudicadas 57 de estas plazas.
Elegirán también los funcionarios en prácticas, esto eso, los 418 (si finalmente se cubren todas las plazas ofertadas) que han logrado aprobar las oposiciones de Secundaria y que tendrán un destino provisional de un año, antes de elegir el definitivo. Tras ellos, tienen derecho también a elegir plaza los funcionarios de otras comunidades que deseen pedir una comisión de servicio.
Al final, en cualquier caso, quedarán cerca de 2.000 puestos que deberán ser cubiertos por docentes interinos, la mayor parte, como queda dicho, plazas que no se incluyen en la plantilla oficial aunque es de prever, por la experiencia de los últimos cursos, que se van a necesitar. La consejería defiende que el instrumento de organización de los cuerpos docentes «no es una relación de puestos de trabajo al uso, sino la plantilla que anualmente, para cada curso escolar, aprueba el Consejo de Gobierno, previa planificación de necesidades y recursos».
Medias jornadas
La plantilla de los centros se aprueba en función, básicamente, de su número de unidades. El profesorado, dice la consejería, cubre dos tipos de necesidades: las estables y las coyunturales. Son estas últimas las que varían en cada curso escolar, por muchos motivos: las reducciones horarias derivadas del desempeño de cargos directivos, las liberaciones sindicales, los desdobles de unidades… Pero los sindicatos llaman la atención sobre una cuestión: si cada año se necesitan entre 1.500 y 2.000 plazas más de las establecidas en la plantilla oficial, es difícil justificar que todas se deben a necesidades coyunturales.
«La plantilla va descendiendo año a año, pero las necesidades no descienden», resume la situación Emma Rodríguez, presidenta de la Junta de Personal Docente no Universitario. Y añade una cuestión: las listas de necesidades de profesorado incluyen las jornadas completas pero también las medias jornadas. El año pasado, casi un millar de los puestos aprobados fue de media jornada.